¡Crisis de pareja en vacaciones!
Aunque de entrada parezca extraño, muchas de las crisis de pareja se originan durante las vacaciones de verano, provocando un aumento de divorcios a lo largo de los meses de septiembre y octubre.
Seguramente os preguntareis el porqué.
Pues bien, ahí os nombro los principales motivos por los que muchas parejas entran en crisis durante el periodo vacacional:
- Al estar más tiempo juntos, se hace evidente lo mejor y lo peor de la relación de pareja, acentuando bien el enamoramiento y bienestar, bien el desamor y las dificultades de la relación.
- En un ambiente relajado, se abren espacios para el diálogo, y frecuentemente, temas de los que no es fácil encontrar un momento en el día a día de la rutina anual para afrontarlos, salen a la luz durante las vacaciones, provocando discusiones y confrontaciones.
- Al salir de la rutina (también llamada área de confort), las parejas se relacionan en un entorno diferente y afrontan situaciones que no son las habituales, y aunque en principio estas situaciones son placenteras, pueden provocar conflictos.
- Estar más tiempo con los hijos, ya sean los propios o los de la pareja (vemos que cada vez hay más modelos de familias con hijos de una relación anterior), puede hacer aflorar dificultades con la pareja, o en la reorganización de la nueva familia.
Está claro que durante las vacaciones salen a la luz todos los patrones de la relación de pareja, especialmente si la pareja dispone de poco tiempo para estar juntos a lo largo del año, y en el caso de que los miembros de la pareja no dispongan de recursos para afrontar los conflictos y dificultades del día a día, abrazarlos y solucionarlos. Si este es el caso, es muy probable que al volver de las vacaciones, la pareja se plantee si continúan juntos o dejan la relación.
¿Nos separamos o continuamos juntos?
Seguramente ahora os estáis preguntando: ¿Qué se puede hacer llegado a este punto?
Pues bien, antes que nada, ¡no precipitarse! Si hay amor y ganas de superar la crisis, hay muchas cosas que se pueden hacer. Antes que nada, pregúntate si aún hay amor y ganas de hacer un trabajo de crecimiento personal contigo mismo y en pareja. Si la respuesta de los dos miembros de la pareja es SI, enhorabuena, hay esperanza.
- Sé honesto/a contigo mismo/a y con el otro miembro de la pareja.
- Ten claro cuáles son tus necesidades y prioridades, y comunicaselas a tu pareja sin atacarla ni exigirle.
- Párate, mírate, observate, siéntete y date cuenta de tu parte de responsabilidad en la crisis de pareja.
- Deja de culpar y atacar al otro, y toma consciencia de tu parte herida (niño/a herido/a), y abrázala con amor.
- Comunica al otro de manera asertiva lo que te pasa, como te hace sentir, lo que piensas y cómo vives e interpretas el conflicto o conflictos que estáis viviendo.
- Escucha sin juzgar lo que le pasa a tu pareja, como se siente, que piensa y como lo vive e interpreta.
- Buscad soluciones creativas, negociad, comprenderos el uno al otro, y atender el conflicto o los conflictos.
- Pide ayuda a un profesional para que os ayude a comprender, negociar y resolver el conflicto o los conflictos.
En muchas ocasiones, es difícil poder solucionar el conflicto sin ayuda externa, pues cada miembro de la pareja se encuentra implicado en el asunto (está dentro), y se requiere mucha experiencia para no proyectar, culpar, querer tener la razón, y ser capaces de encontrar soluciones creativas y positivas para los dos miembros de la pareja.
¡Os animo a luchar por vuestro amor!
Susana Ros
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